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La catástrofe en Rio Grande do Sul ha causado al menos 57 muertes y 373 desaparecidos, junto con 74 heridos, debido a las inundaciones provocadas por intensas lluvias. El estado ha declarado el estado de calamidad en áreas con más de 67,000 damnificados, y miles han sido desplazados a refugios temporales.

La situación se agrava con la preocupación por la capacidad de las presas para contener el exceso de agua. Porto Alegre, la capital, se enfrenta a la amenaza de sufrir la peor inundación de su historia debido al rápido aumento de las aguas del Lago Guaíba.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha reunido con las autoridades locales para coordinar las operaciones de rescate. La magnitud del desastre se compara con la inundación histórica de 1941, donde decenas de miles quedaron sin hogar.

La Fundación Brasil, con la colaboración de Gisele Bundchen, ha establecido un fondo para ayudar a las víctimas. Rio Grande do Sul ha experimentado un aumento en los fenómenos meteorológicos extremos en los últimos años, con ciclones y ahora estas inundaciones.

La crisis climática global, impulsada por la actividad humana, está exacerbando estos eventos extremos en todo el mundo. Las lluvias récord en Dubai y la sequía en el sudeste asiático son ejemplos recientes de este patrón.

La situación en Rio Grande do Sul es desesperada, con miles de personas evacuadas y comunicaciones interrumpidas. Las autoridades están luchando por llegar a áreas aisladas y temen que las presas puedan ceder, empeorando aún más la situación.

Este desastre se suma a los desafíos que Brasil ya enfrenta, incluidos los incendios forestales récord en la Amazonía, que también se han relacionado con el cambio climático. La combinación de factores como el cambio climático y el fenómeno de El Niño ha exacerbado las lluvias devastadoras en la región.

Para mayor información, puede visitar:

[1] Al menos 57 personas muertas por inundaciones en el sur de Brasil mientras continúan labores de rescate

[2] Al menos 76 muertos dejan las peores inundaciones del sur de Brasil en ocho décadas